Pues si, 5 raites y 1 taxi fueron necesarios para llegar a Tamazulapan Oaxaca a una fiesta que solo a nosotros se nos ocurre ir y cambiar 15 horas de viaje por 3 ó 4 de fiesta y sin embargo, valió la pena...
Quizá el hecho de ser 5 aminoró mi temor, aunque pensándolo bien, eso no es suficiente para dejar de ser peligroso el subirse a un transporte con alguien completamente desconocido, pero sabía que una oportunidad como esa no se repetiría, el carrito de las oportunidades no pasa dos veces...
Además de la 'emoción' del viaje, quería ver que es lo que hace tan atractivos, para algunos, esos lugares y ya lo vi, definitivamente es otra cosa, la gente amable, organizada, disciplinada, conciente, trabajadora y un largo etcétera. Hay mucho que aprender de ese lugar...
Un poco demasiado frustrada por mi torpeza en el baile, sobre todo el "pasito duranguense" y las tan sonadas por aquellos rumbos "chilenas", gran sorpresa al descubrir que por aquellos rumbos todos bailan taaan bien y nosotros "la chilanga banda", como alguien nos llamó, pues bien torpes, pero que tal cuando pusieron las charangas jajaja que según eso si sabemos bailar, yo digo que no se, pero alguien me hizo medio bailar y eso que yo no soy muy de fiestas, ni de bailes y menos de bandas ni charangas, pero viajar tanto tiempo para no bailar ¡No señor! baile con todo el que me lo pidió aunque les advertí que no sabía (para prevenirlos), fue muy divertido...
5 raites y taxi se necesitan para regresar de Tamazulapan Oaxaca al amado Distrito Federal después de conocer otras personas, otras costumbres y otras formas; después de una buena y diferente fiesta; después de un delicioso desayuno hasta con provisiones para el camino; después de compartir un buen cigarro con Chilangos, Chiapanecos y Zacatecanos; después de una de las mejores experiencias de mi vida (por lo mencionado y por lo que no), estamos de regreso en casa...