Desde la semana pasada que me lo informó personalmente sentí una inmensa alegría de que me haya hecho participe de su "pequeña gran felicidad". Escoger el obsequio con tanto esmero y dedicación, imaginándola en su nuevo (pero temporal) cuerpo, creándome tantas expectativas, incluso proyectándome en su situación y revalorando la posibilidad...
Hoy en la mañana en el traslado de casa a la esclavitud disfrazada, escuché esta canción y cayó como anillo al dedo a mis divagaciones matutinas y me llegó de nuevo el instinto y los pensamientos profundos...