Nuevamente me siento en el centro del punto de partida, en el inicio de todo, con las manos y la mente vacías; no es como la ultima vez, no es como cuando pronunciaba tres veces aquel nombre, esta vez no es un sueño sino una realidad...
Interesante incertidumbre de empezar de nuevo, de buscar otros caminos, de aventurarse a lo desconocido, de tener lo que nunca se ha tenido y ser lo que nuca se ha sido.
El camino lleno de dudas sigue ahí pero lo hice a un lado porque al frente solo hay motivos, al frente esta el presente agarrado del futuro, al frente están los sueños convertidos en realidades...
Uno a uno se van cumpliendo, incluso los que aun no soñaba, los recibo con asombro y con la profunda convicción de que todavía me esperan mejores, de que todavía me quedan muchos sueños por soñar y muchos deseos que desear...
Me acuesto en el centro del punto de partida y repito MI nombre, lo hago tres veces, como invocando a la Deidad Lunar que me protege, como una invocación a jamás despertar de la realidad...
