domingo, octubre 25, 2015

EL TIEMPO...

Dice Enrique Bunbury que: "el tiempo no cura nada, el tiempo no es un doctor" y acabo de descubrir que ¡miente!

Por supuesto que el tiempo cura algunas heridas, no todas pero sí muchas y, afortunadamente las más grandes. El tiempo no sólo sana, también desempolva recuerdos (los lindos y los no tan gratos), el tiempo enjuaga lágrimas (sí querido lector, dije enjuaga no enjuga), no las seca ni intenta borrarlas, las lava con agua de rosas (al parecer), y luego mágicamente (también al parecer), se van y se convierten en suspiros que sin duda están merodeando por ahí pero ya no mojan, ya no te lastiman los ojos...

El tiempo también pone en orden la cabeza (creo que algunos le llaman "madurar"), acomoda pieza por pieza toda la maraña de ideas, gustos, caprichos, objetivos y hasta resignaciones...

Me parece incluso que el tiempo no sólo es doctor, también es maestro, te enseña a discernir objetivamente entre "buena idea :) " y "mala idea :( ", con el tiempo aprendes que nadie es indispensable y que tú tampoco lo eres para los demás; aprendes que nunca encontrarás a una persona igual que otra (¡afortunadamente!); aprendes a dar oportunidades; aprendes también a nunca más dar segundas oportunidades; aprendes que existe gente sincera, personas genuinas y honestas; aprendes que puedes ser amada...

El tiempo me ha revelado que no es que haya dejado de quererle, es sólo que ahora yo me quiero más...