Creo que la medida de la vida está en sus experiencias, en las personas que conoces, los viajes que realizas, las amistades que cultivas y hasta en los amores que se van...
Siempre me ha preocupado ¿cómo será el futuro?, pero creo que nada me agobia tanto como el pensar ¿dónde quedo el pasado? y siempre vuelvo aquí a mi lugar seguro, mi refugio infinito y mi escape de la realidad, vengo a escupir palabras, casi siempre sin mucho sentido más que para mi.
Me invade la nostalgia, esa que te hace pensar en todas las cosas bonitas del pasado, de lo que fue y probablemente no sea jamás y vienen los recuerdos de los lugares que visité, la comida que probé, las cosas que descubrí, los labios que besé, los sueños que soñé, los momentos que viví y sonrío por un instante antes de añorar que todo eso regrese, pero no pasa, nunca vuelve, entonces lloro por un tiempo que ahora es lejano.
Poco a poco se me escapan los recuerdos, siento como si quisiera detener la nada en un 'cuenquito' hecho con mis manos y se esfuma, así, como el aire, no se dónde va, a veces tampoco se si regresarán...
Hace mucho no sentía mi vida tan sin rumbo, hace tanto no tenía los sueños tan rotos ni me sentía tan hueca, me arrancaron el futuro en un momento, ¡me quebraron la brújula! y no tuve tiempo ni de reaccionar.
No me queda nada, lo único que hago es recoger los pedacitos, intentar que funcione de nuevo, que apunte hacia nuevos sueños y no me haga regresar a los recuerdos...
