Días grises, sin mucho que contar, cansancios profundos y nuevas rutinas adoptadas; así habían sido las últimas semanas, hasta hoy que me reecontré con mi amigo “Julito” descubrí a sus mancuspias y vaya que aprendí de ellas, mi cronópio desde luego que se alegró muchísimo por este asunto, pero más tarde llegarían las noticias desagradables, la confirmación de aquello a lo que temíamos, aquello que intentábamos ignorar, aquello que nos negábamos a aceptar…
Porque las personas jóvenes no mueren así no’más, mucho menos si tienen una carrera exitosa, una hija adolescente y una familia que las ama. Porque el cáncer no llega así no’más de un día para otro para llevarte en unas semanas. Porque ella tiene que seguir siendo ácida, sarcástica e incrédula. Porque no es la primera ni será la última Porque esto es de familia y yo no quiero morir así…
Rosarios, mantras, oraciones, cirios, veladoras e incienso; invocaciones a todas las Deidades del Universo de las cuales desconfío hace mucho tiempo, y que; ahora por temor, por impotencia, por ignorancia, por esa necesidad de CREER que algo divino puede cambiar las cosas que yo no puedo; imploro que me ayuden…
No se si funcione, no se si me escuchan, no se si saben quien soy, sólo se que la Fe de verdad pone todo en calma, el confiar en algo superior te exime de responsabilidades y culpas, además algunas veces te da un poquito de esperanza…
Mi cronópio, mi mancuspia y yo, nos sentimos tristes el día de hoy y pedimos a los amables lectores de este espacio que eleven una plegaria a la Deidad que más confianza le tengan para que todo salga bien, seguramente los Dioses les harán mucho más caso que a mí…
